Frente al culturismo tradicional, que mezcla ejercicio y sustancias dopantes, son muchos los culturistas que han decidido volver al culturismo natural. Una tendencia que, poco a poco, vuelve a estar de moda en el mundo y en España.
Aunque tradicionalmente el culturismo suele estar rodeado de todo un mundo de sustancias con las que mejorar el rendimiento, hubo un tiempo en el que todos estos productos no se utilizaban. Básicamente porque esas sustancias no existían. Hablamos de la época en la que los forzudos eran la atracción principal de las ferias que por entonces se celebraban en los pueblos. Unos forzudos, y también forzudas, que lucían unos cuerpos esculturalmente musculados exclusivamente a base de largas sesiones de calistenia, pesas y una buena alimentación.
Esta tendencia más clásica es lo que hoy día se denomina culturismo natural. Una línea de trabajo que está siendo recuperada por muchos deportistas, cansados del dopaje, de los productos químicos y de todos los extras que tanto daño están haciendo al mundo del culturismo. Frente a estos “músculos de laboratorio”, estos deportistas defienden una vuelta al ejercicio más clásico, donde sea el entrenamiento lo que prime por encima de lo farmacéutico. La única tecnología moderna permitida es la que se usa para mantener bajo control a los profesionales que opten por sumarse a esta tendencia y deseen competir.
Los viejos tiempos
La llegada del siglo XX fue el tiempo de los forzudos. Personajes que sorprendían por su espectacular musculatura y que, en muchos casos, estaban ligados al mundo del espectáculo. Algunos de ellos hacían demostraciones de fuerza levantando todo tipo de pesos o arrastrando vehículos, mientras que otros eran capaces de luchar contra varias personas a la vez. De hecho, en esta época y en ciertos países incluso se celebraban concursos de forzudos, con pruebas como levantar piedras pesadas o mover carros cargados con pesos cada vez más grandes.
Sí es cierto que mucho de estos forzudos no tenían la imagen hercúlea de los culturistas actuales, pero algunos sí lucían una musculatura muy trabajada y desproporcionada para lo que sería habitual en cualquier persona de la época. Incluso podrían pasar por culturistas actuales sin demasiados problemas y sin desentonar entre los profesionales de nuestros días.
Sin embargo, uno de los aspectos que más llaman la atención y sirve para aumentar el mérito de estos profesionales es que toda esa musculatura se obtenía mediante puro trabajo físico. Estamos hablando de una época en la que no existía el doping y lo más parecido a un suplemento alimenticio eran las comidas ricas en proteínas, fundamentalmente carne, que estos personajes consumían con fruición.
La llegada del dopaje
La evolución de la industria farmacéutica ha sido una de las mejores noticias para la humanidad. Los diferentes compuestos descubiertos en los laboratorios han servido para salvar la vida de miles de personas y también para mejorar la salud y el estado general de cualquier persona. Pero para el culturismo, la aplicación indebida de muchas soluciones médicas pensadas para otra finalidad se ha convertido en un problema serio.
Para entender la magnitud de este problema, basta una simple anécdota. En 2019, un campeonato de culturismo que iba a celebrarse en Euskadi tuvo que suspenderse cuando se anunció a los participantes que se celebrarían controles antidopaje. Al conocerse esos controles, casi todos los participantes huyeron despavoridos. En paralelo, en la prueba celebrada en el año 2018 participaron un 45% de competidores dopados, 5 de los 12 que formaron parte de la prueba.
Esta tendencia a medicalizar surgió prácticamente desde el primer momento en que se descubrieron los productos empleados con este fin. Hablamos de productos como los famosos esteroides, así como los medicamentos derivados de la testosterona, entre otros compuestos. El objetivo principal de estos medicamentos, en condiciones normales, es el de ayudar a usuarios con problemas de crecimiento, debilidad muscular y otras enfermedades similares. En estas aplicaciones, no supone un problema contar con estos apoyos, pues precisamente solventan los síntomas y problemas de estos pacientes. Sin embargo, estos medicamentos aplicados en personas sanas y con los niveles e intensidad en que se usan por los culturistas se convierten en un serio problema.
En esta tendencia son muchas las personas conocidas del mundillo que se han visto implicadas y que han pasado por enfermería para ganar músculo. Quizá el más reconocible de estos personajes sea Arnold Schwarzenegger, ganador en seis ocasiones del título de Mister Olympia en los 70 y que ha reconocido más de una vez que ha consumido estas sustancias. Pero por desgracia no es el único, ni entonces ni ahora. De hecho, no son pocas las ocasiones en las que los informativos registran operaciones policiales donde se desmontan redes dedicadas al tráfico ilegal de estas sustancias. Señales de cuán turbio puede llegar a ser este mundo.
La vuelta a lo natural
Frente a todos estos problemas, han sido muchos los culturistas que han considerado que esta tendencia no les representa. Profesionales que valoran realmente el esfuerzo en el gimnasio frente a la “facilidad” con la que se gana músculo a base de sustancias dopantes y que reclaman volver a los viejos tiempos, en los que el esfuerzo de los forzudos era la clave.
Este nuevo movimiento se ha denominado como culturismo natural. Un planteamiento en el que se prohíbe el uso de las sustancias que tanta mala fama han dado a estos deportistas. De hecho, entre las sustancias que específicamente se prohíben se encuentran los esteroides, la insulina, los diuréticos o la hormona del crecimiento, así como todos sus derivados. A cambio, el trabajo principal de los culturistas naturales es el de generar hormonas anabólicas naturales mediante una correcta alimentación, unas adecuadas rutinas de ejercicio físico y una gestión correcta de los periodos de trabajo y descanso. Así que, frente al abuso farmacéutico, esta línea natural respeta los ritmos propios del cuerpo y no altera o modifica los mismos mediante medicamentos, conforme venía ocurriendo con los productos de siempre.
Para lograr esta musculación tradicional, los culturistas naturales tienen una serie de obligaciones. Entre ellas, se encuentra la adhesión a los listados de medicamentos de la WADA, la asociación internacional contra el dopaje. Su lista de productos prohibidos es la referencia base para estos deportistas. Tal es su nivel de exigencia, que quienes quieran deben pasar por pruebas tales como la del polígrafo o por test antidopajes frecuentes, siendo requisito para competir llevar al menos 10 años limpio de este tipo de sustancias.
El principal referente en todo este mundo es la Federación Mundial de Culturismo Natural o WNBF USA, fundada en Estados Unidos y de la que posteriormente surgieron otras federaciones nacionales tales como la italiana, la inglesa o la española. Esta última es una de las recién llegadas a este mundo y cuenta con capacidad para celebrar diferentes eventos y establecer la reglamentación necesaria para la buena marcha de este deporte. Algo imprescindible si se quiere mantener su pureza y que no se vea fagocitada por quienes quieren llegar más lejos por la vía equivocada.
La historia española
La federación española, WNBF Spain, es uno de los referentes que nuestro país tiene para los culturistas naturales. Esta federación sigue las tendencias más estrictas del culturismo natural, de modo que frente a la tendencia más relajada de otras federaciones internacionales, la federación española apuesta claramente por mantener el cumplimiento íntegro de las limitaciones establecidas por la WADA, en lo que a sustancias dopantes se refiere. Algo que no tiene que ver con la línea más suave de otras organizaciones, como la federación estadounidense, que permite el uso de ciertos productos prohibidos por la WADA, aunque en función del tipo de sustancia de referencia.
Dejando de lado este comportamiento estricto, que es de agradecer en un mundo en el que se exige limpieza, esta federación también establece la reglamentación correspondiente a las competiciones y exhibiciones de este deporte. Un aspecto en el que una de las prioridades es la del bienestar de los deportistas. Algo que queda claro con la adhesión firme a los listados de la WADA, pero también con aspectos como la creación de unas categorías que no separan a los atletas por peso, a fin de impedir los esfuerzos que estos deportistas tienen que hacer para encajar en esas categorías, lo que puede suponer riesgos para su salud.
En paralelo a esta federación existen otras asociaciones dedicadas también al culturismo natural, como la Asociación Española de Culturismo Natural. Esta organización fue fundada en el año 2015 y desde entonces organiza sus propias competiciones y cuenta también con reglamentos y normas propias respecto de la forma en que esta actividad se organiza. En este caso, sí hay diferencias respecto de la federación nacional, pues esta asociación sí organiza por pesos las categorías, aunque también lo hace por edades e incluso altura. Algo que ayuda a equilibrar dichas categorías, especialmente a la hora de plantear el desarrollo de las diferentes competiciones.
Respecto del futuro, el hecho de que cada vez haya más organizaciones de este tipo es prueba del éxito de esta nueva tendencia en el mundo del culturismo. Algo que también contribuye a mantener unos estándares con los que los deportistas están seguros y tienen claras cuáles son las prioridades que deben cumplir. Así que, pese a su breve historia en España, al culturismo natural todavía le quedan muchas historias que contar.